Los textos que esta a punto de leer contienen un alto porcentaje de ficción creada por mente del escritor, no sea tonto y aprenda a discernir.

martes, junio 7

LA BRUJA DE BODAS

La señora Adriana, se encuentra muy caliente, a sus 35 años se mantiene bella y estilizada, músculos firmes y todo en su sitio, usando cremas reafirmantes, antiarrugas, vigorizantes y suavizantes mañana tarde y noche, con una constancia inquebrantable, tiene puesto un sensual baby doll negro que deja poco a la imaginación, un sutil maquillaje y los labios pintados de rojo intenso, todo un espectáculo visual y sexual maquinado con el único fin de motivar a su esposo.

El señor Fernando, se encuentra muy cansado, "hola mi amor" saluda, casi sin mirarla, se acerca a la cama y levanta la almohada de donde saca un pantalón de lana azul y un polo blanco que le apreta su cuerpo rolludo y grasoso, luego de pasar 8 horas en la oficina contable donde regala su vida (o sea trabaja) lo único que desea todos los días es llegar a casa y dormir.

- Gordito te he extrañado mucho. - Susurra la señora con tono orgásmico.
- ¿Cómo dices? - Pregunta su esposo quien ya está dándole la espalda y con la cara apretujada en la almohada.
- Que te he extrañado mucho, amorcito. - Persiste Doña Adriana.
- Yo también mi amor, hasta mañana.
- Pero dame mi besito de buenas noches pues gordis. - Arremete la dama temperada mientras busca entre las sabanas aquel miembro viril fantasmagórico que no aparece por ningún lado.
- Adriana, ¿Qué pasa?, estoy muy cansado, mañana trabajo a las siete.
- ¡Quiero que me hagas el amor, como antes, te deseo mucho mi gordito!

Don Fernando se levanta de la cama, su señora se emociona, esta lista y dispuesta a todo, él se acerca a su lado de la cama arrastrando su inmenso cuerpo lentamente, se agacha frente a ella, la mujer cierra los ojos expectante y el abre el cajón de la mesa de noche, y saca un frasco de pastillas, ella abre los ojos y exclama "¡Que haces!", el responde "aquí deje las aspirinas, el dolor de cabeza me mata", regresa su lamentable ser a su lado de la cama y nuevamente se reparte por todos los espacios posibles, "mañana te cumplo mi reina", expresa el hombre y se echa a roncar a los pocos minutos. Doña Adriana se levanta y va al baño a quitarse el maquillaje, quien sabe a qué más.

Pues al día siguiente no cumplió, ni al siguiente luego de este, ni siquiera en el día libre de su marido, en el que se pasó el día entero en cama como una foca herida y moribunda a orillas del mar, hasta que eventualmente ciertas sospechas aparecieron en la cabeza de esta mujer insatisfecha y confundida.

********************

Una mañana a la semana siguiente, la señora Adriana se encontraba dirigiéndose a la casa de "Maruja, la bruja blanca", una brujita que le habían recomendado un par de amigas atolondradas del club de té, que vivían situaciones similares,  Adriana, quien siempre había sido muy creyente de los temas esotéricos, así como de los ovnis, fantasmas, pie grande, nessy, e incluso del chupacabras, asumía como la única solución el ir donde la tal Maruja a averiguar la verdad.

Llego a un pueblito ubicado al sur de la ciudad, a unos treinta minutos en auto, ella toca la puerta de metal negro pues timbre no había, la toca un par de veces, con calma y parsimonia para no mostrar su desesperación ni apuro, una señora de unos 60 años aparece en la ventana del segundo piso a medio construir, efectivamente tenia cara de bruja, desgreñada, con el cabello blanquizco, arrugas asimétricas y un lunar carnoso y velludo, bastante cerca de la nariz, "¿Qué desea ?" pregunta la anciana, "bueno… venia buscando a Maruja, la brujita blanca, ¿es aquí?" responde doña Adriana ligeramente intimidada, " espérese un minutito" responde la bruja.

Maruja abre la puerta a los pocos minutos, se había puesto una especie de sotana blanca, en realidad amarillenta debido al polvo y la suciedad, unos cinco quilos de collares de todos los colores entre crucifijos, perlas y elementos dorados, se detiene un par de segundos, mira directamente a los ojos de la mujer que tenía en frente y dice "el corazón está sufriendo, puedo verlo",  Adriana impactada, se da cuenta de que aquella vieja bruja es una mujer sabia poderosa, Maruja sabe que todas las mujeres vienen por problemas de amor.
La anciana lleva a Adriana a una habitación oscura y claustrofóbica con olores raros y sombras escalofriantes, la hace sentar en un banquito de madera muy chato, se siente como una cabina de auto, al momento prende la luz y Adriana deja escapar un ligero grito al ver todas las imágenes religiosas pegadas en la pared, hay muchos Jesús crucificados, marías, por otro lado adornos de cráneos (ojala que sean adornos), crucifijos, rosarios, algunos libros empolvados y una que otra planta por ahí, el aire se siente cálido y húmedo, se hace un poco difícil respirar por las velas e incienso que va prendiendo Maruja.

- Señora Maruja, creo que mi marido me engaña, o que ya no me quiere, no lo sé, pero quiero que me diga que es lo que pasa y que puedo hacer. - Se apresura en explicar doña Adriana, se muerde un poco la lengua.
- Procederé a leerte las cartas, ellas saben las respuestas del pasado el presente y el futuro, las cartas lo ven todo, nos permitirán saber que está pasando y que ocurrirá en el futuro.
La bruja coge una baraja de cartas astrales y la entrevera con experticia, saca unas cuantas y forma tres grupos de cuatro cartas, doce cartas en total donde se encuentran las respuestas que busca doña Adriana.
- Dígame que dicen las cartas. - Se emociona Adriana.
- Las cartas han hablado, y ahora lo veo todo claramente, en el aspecto amoroso veo claramente que tu marido no te es infiel, es un buen hombre y te ama.
- ¿Entonces qué pasa?
- Las cartas no muestran esa información, por alguna razón hay un mensaje confuso al respecto, pero me dicen que deber entenderlo y hacer las paces con él, en tu corazón principalmente.
-¿Qué más dicen las cartas?
La bruja toma una bocanada de aire como sorprendida, y se exalta.
- ¡Mucho dinero!, veo mucho dinero.
- Llevamos una vida cómoda en casa, pero no tenemos tanto dinero.
- ¡No!, mucho dinero llegara en poco tiempo, de un golpe.
- ¿Cómo?
- Eso no lo puedo ver, pero es pronto, y cambiara mucho tu vida.
- Ya veo, creo que buenos tiempos vienen entonces, no Marujita. - El tono de voz de la señora cambia y ahora es una dama pausada y risueña.
- Es cierto, por el lado de la salud, todo se ve bien, unos cuantos sobresaltos pero ninguna enfermedad.
- Que alivio.
La bruja siguió hablando sobre ángeles y energías extrañas, entes amigos y fuerzas sobrenaturales por un rato, luego recibió su bondadosa paga, y al rato se despidieron.

********************

La señora Adriana llega a casa, durante el camino reflexiono sobre su actitud hacia su esposo, quizás lo había estado presionando demasiado, los matrimonios tienen altibajos, la idea de buenos tiempos llegando pronto la calmaban, y sobre todo el futuro que predecía una gran fortuna acercándose, en realidad, no podía quitarse la sonrisa del rostro, está decidida a hablar con Fernando y aclarar las cosas.

Don Fernando se encuentra en cama nuevamente, está despierto, como esperándola, ella da la primera palabra.
- Gordito, tengo que hablar contigo, he estado pensando y…
- Mi amor, yo también tengo que contarte algo… - Interrumpe el hombre.
- Dime tu primero mi amor.
- ¿Recuerdas mis constantes dolores de cabeza?
- Sí, claro. - Responde la esposa.
- Pues es algo que me tiene muy incómodo, así que… hoy lo decidí y adquirí un seguro de vida, sé que es un precio muy alto y quizás pienses que soy paranoico pero…
La señora Adriana no escucho el resto, ya no podía aunque quisiera, los ojos se le abrieron de par en par y trago saliva.



-Daniel Arce Paredes, el brujo negro-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y en 25 minutos leidos y gozados, me encanto!

Anthonella dijo...

jajaja, lo vi venir, pero muy bueno.

Anthonella dijo...

jajaja, lo vi venir, pero muy bueno :D