Los textos que esta a punto de leer contienen un alto porcentaje de ficción creada por mente del escritor, no sea tonto y aprenda a discernir.

martes, mayo 3

RAMÓN



- Te llamaras Ramón. - le dije.
Cuando su cola comenzó a menearse alegremente supe que estaba de acuerdo y que este iba a ser el comienzo de una amistad que duraría muchos años, supe que mi soledad había terminado.



Había estado vagabundeando, tanto yo como él no teníamos donde ir, no teníamos un lugar al que pertenecíamos, ahora me miraba y yo lo miraba con cariño, le compartí un pedazo de pan y él lo devoró rápidamente, "estamos hambrientos, ¿no Ramón?", me lamio la mano como señal de agradecimiento, luego se apachurro en mi pecho, ya no hacia tanto frio ahora que sentía su cuerpecito pegado al mío, en realidad su compañía tenía todo el sentido del mundo, dos seres perdidos en estas calles frías e indiferentes, la gente normalmente te ve pasar pero no te ve, la gente no cree en fantasmas y eso es lo que somos Ramón y yo, un par de fantasmas que la gente siente pero ignora como si no estuviéramos ahí, te miran de reojo y se alejan rápidamente, la gente odia acercarse pues piensa que nuestra soledad y desdicha es una enfermedad contagiosa, pero Ramón no me tiene miedo, no siente asco de mí, ni lastima de mi estado, él no sabe que incluso soy un ser más desdichado e incapaz que él, ¿será amor?, ¿será ignorancia?, siendo sinceros, ¿acaso el amor es algo más que la más pura y profunda ignorancia?



Ramón apareció esta tarde a la esquina sucia y apestosa donde me encontraba limosneando como todos los días, desde hace 10 años cuando una enfermedad carcomió mi pierna, y me hizo perder mi trabajo y a mi familia, bueno, a mi familia la perdí yo por pasarme todo el día tomando  luego de este incidente, ¿Qué será de mi esposita?, ¿se habrá casado de nuevo?, seguro que sí, era una buena mujer y cocinaba delicioso, a todos nos encantaba, ¿Qué será de los niños?, ya deben estar grandes quizás incluso trabajando, ellos tienen oportunidades, yo ya no, aquí postrado con la pierna podrida, no puedo ni imaginar sus rostros, es cierto lo que dicen de que el tiempo te hace olvidar, la cabeza olvida rápidamente, no recuerdo los rostros de ninguno de ellos, para ser sincero no recuerdo ni mi rostro, el problema es que el corazón no olvida, no perdona, no duerme, sigue latiendo sigue bombeando hasta que sea acaben mis días, lamentablemente, no se acaban.

Al Ramón lo había visto ya un par de días correteando por la plaza, la gente se alejaba de él pues bien feíto es, como yo, como tú, pero él no lo sabe y yo tampoco se lo digo, no vaya a ser que se resienta y se aleje, a los amigos ni a las mujeres nunca hay que decirle sus defectos, se resienten, se les rompe el corazoncito. Ramón pasaba a mi costado y me olfateaba un rato, así fue la primera vez que nos vimos, ya les dije que la gente pasa y pasa y te ignoran y te tienen pena y asco, pero Ramón vino y me olfateo con su nariz húmeda, incluso creo que le guste pero yo tuve miedo y estaba molesto, como casi siempre ando, como andaría cualquiera que pasa frio y hambre y la pierna se le pudre día a día. Así fue como poco a poco Ramón me fue dando confianza, hoy decidí darle un poco de pan y al parecer está muy contento, yo también, verlo comer y revolotear a mi alrededor me ha hecho sentir muy contento, aunque también muy hambriento pues era la única pieza de pan que tenía. De todas formas conseguiré un poco más de pan mañana y el seguirá aquí y su pieza de pan seguirá también. El me dará su compañía y yo lo alimentare con lo que pueda, es un pacto, la más pura definición de amistad.

Un niño pasa por la calle y Ramón va a su costado, le salta y juega con él, el niño le lanza un pedazo de su sanguche, el cual Ramón come vorazmente, que bueno que haya gente que no le tenga miedo, me alegro mucho, el niño se aleja junto a sus padres que lo jalan fuertemente del brazo. Pero aparece la pregunta en mi cabeza, ¿Qué pasa si Ramón me deja? Él es feíto, pero no más feo que yo, la gente le tiene miedo y asco, pero no más miedo y asco que el que me tienen a mí. Ramón merece una mejor compañía y probablemente alguien querrá llevárselo de mi lado algún día, ¿decidirá quedarse conmigo?, creo que es poco probable y conveniente, creo que simplemente se siente solo y eso, más la pena que yo le inflijo, probablemente esté siendo caritativo conmigo al ofrecerme su compañía, ¡Maldito perro!, ¿Cómo puedes jugar así conmigo?, ¿te doy lastima?, yo ya no quiero sentirme más solo, si es que eso fuera posible, no me volverán a abandonar, ya perdí este juego, y no dejare que me humillen más.

- ¡Lárgate perro apestoso!, le grito y le doy un golpe en el hocico, el cree que estoy jugando y sigue saltando a mi alrededor, le doy una patada con mi pierna buena y se aleja rápidamente lloriqueando, la gente me mira asustada y cuchichean cosas sobre mí, "pobre loco", "que malo", "con razón esta solo el mendigo este", pero ellos no saben, que Ramón pensaba abandonarme luego, así que mejor lo alejo de mi primero. Cuanto antes.

Los días siguieron pasando como de costumbre, no sé cuántos días han pasado, pues todos son iguales, tediosos, melancólicos, horribles, a veces veo al perro que alguna vez llame Ramón y me mira, yo lo miro también de reojo, me hago el loco, el ya no se acerca y yo tengo más pan para mí, el ultimo bocado de pan, siempre sabe amargo.

-Daniel Arce Paredes, otro loco vagabundo.-



3 comentarios:

Malpa!! dijo...

ahora si te volviste loco... amor= profunda ignorancia jajja.. wena frase tio!!!!!

Danny dijo...

eres el loco escritor en busca de nuevas historias en tu interminable imaginacion

Anónimo dijo...

¡Wow! me encantó la forma en que redactaste la historia, es genial y en sí todo tu blog. ¡Te felicito!

Creo que no es necesario informarte que por obvias razones me suscribo! ^^

Saludos!